Summary
Ad#65533;n Gorozpe es un arribista, y lo reconoce sin ambages. Su matrimonio con Priscila, codiciada heredera del poderoso empresario Celestino Holgu#65533;n (mejor conocido como el Rey del Bizcocho), fue un afortunado lance que, en palabras llanas, se llama "dar el braguetazo", y lo llev#65533; de pobret#65533;n pasante de la carrera de Leyes a influyente abogado empresarial due#65533;o de vidas y haciendas, a#65533;n m#65533;s encumbrado que su suegro. Como le queda claro que la dicha conyugal, si acaso estuvo en sus planes, jam#65533;s llegar#65533;, establece una tajante frontera: de un lado quedan el tedio matrimonial y la ridiculez familiar, y del otro su esfera de poder y los encuentros er#65533;ticos con su amante Ele, real mujer de su vida. As#65533; las cosas entra en escena Ad#65533;n G#65533;ngora, ministro a cargo de la seguridad nacional, chiquito, pero picoso: min#65533;sculo hombrecito por su baja estatura, pero gran calamidad por los alcances de su malicia. Dada la corrupci#65533;n gigantesca de las fuerzas del orden, en las que la mitad de los polic#65533;as son criminales y la mitad de los criminales, polic#65533;as, tiene plena certeza de cu#65533;l es la mejor estrategia para combatir ese caos: "Todos sabemos que la seguridad nacional es insegura. Las fuerzas del orden se al#65533;an f#65533;cilmente con las fuerzas del desorden. Los polic#65533;as ganan sueldos de miseria. Los criminales les multiplican el sueldo. De tres mil pesos mensuales a trescientos mil. El Ej#65533;rcito nacional hace labores impropias de la fuerza armada. Es un Ej#65533;rcito dedicado a labores de polic#65533;a y derrotado por los criminales, mejor armados que ellos... Yo har#65533; una limpia de las fuerzas del orden. Menos polic#65533;as y mejor pagados. A ver si as#65533;". Pero, en los hechos, los m#65533;todos de G#65533;ngora son espeluznantes: se al#65533;a con los peores criminales y encierra o manda matar a los menos aptos; encarcela inocentes y a veces a uno que otro culpable, exhibe a #65533;stos y a aqu#65533;llos y se gana a la opini#65533;n p#65533;blica como garante de la justicia; tambi#65533;n procede contra clasemedieros con dificultades hipotecarias y uno que otro millonario, para dar sabor al caldo; falsea las estad#65533;sticas de la lucha contra el crimen con su cosecha propia de j#65533;venes inocentes a los cuales manda asesinar y luego presenta como presuntos guerrilleros... Un d#65533;a, G#65533;ngora le propone a Gorozpe coludirse para elevar su jueguito al m#65533;s alto nivel p#65533;blico: "Todos los pol#65533;ticos est#65533;n quemados. Son in#65533;tiles. No saben gobernar. No saben administrar... #65533;Qu#65533; tal si usted y yo, tocayo, apoyamos a un candidato imposible para la primera magistratura del pa#65533;s?". Ese candidato, claro, ser#65533;a Gorozpe, s#65533;lo que para este momento #65533;ste sabe que debe deshacerse de G#65533;ngora, o al menos neutralizarlo. Est#65533; asqueado del personaje, de sus m#65533;todos, de tanta podredumbre. Incluso los cerdos ponen l#65533;mites a la mierda que tragan. Y para mayor inri, un condimento: G#65533;ngora y Priscila parecen haber iniciado un affaire. #65533;C#65533;mo proceder contra tan formidable adversario? #65533;C#65533;mo detener el remolino que arrastra al pa#65533;s hacia la cloaca? La #65533;nica v#65533;a abierta siempre es la del esp#65533;ritu. Ciega e irracional, pero tambi#65533;n poderosa, avasalladora, la fe sigue ah#65533;. Un Ni#65533;o Dios alado empieza a predicar en medio del tr#65533;fico de la mayor avenida de la ciudad y su madre, la Virgen, lo acompa#65533;a. Las alas del ni#65533;o son postizas y su madre es quien se las coloca, pero eso no importa. La gente cree, quiere creer, necesita creer, y eso basta. La novela ofrece un gran final que da destino a todos los personajes, sin descuidar a ninguno, a trav#65533;s de la irrupci#65533;n de los Sigfridos, brazo armado de la muerte que, convocados por Ad#65533;n Gorozpe, llegan para arrasar con la plaga. ENGLISH DESCRIPTION Ad#65533;n Gorozpe is an upstart, a fact he freely acknowledges. His fortuitous marriage to Priscila--heiress to powerful businessman Celestino Holgu#65533;n--transforms him from a lowly law-school graduate to an influential attorney, a man who now rules over the lives of people and extensive properties, a man that is held in the highest regard. Ad#65533;n G#65533;ngora is the National Security Secretary; a tiny slip of a man, the extent of his cruelty belies the shortness of his stature. In a country weighed down by massive corruption, his goal is to end the chaos. G#65533;ngora''s clean-up methods are horrifying: the incompetent are eliminated, the innocent locked behind bars or assassinated. One day, G#65533;ngora invites Gorozpe to run for the magistrature. But Gorozpe knows that it is time to get rid of, or at least neutralize, G#65533;ngora. So, how does one proceed when faced with an adversary of this caliber? How does a person stop the current that seems to be dragging the country directly to the drain? Faith is the only alternative, the only viable way. A winged child begins preaching in the middle of one of the main avenues in the city, his mother, the Virgin, stands by his side. The child''s wings are fake but nobody cares. People believe, they want to believe, and that is all that matters. In its grand finale, each character finds its proper ending by the hands of the Sigfridos, the armed forces of death who, called in by Ad#65533;n Gorozpe, arrive to eliminate the plague.
Carlos Fuentes was born in Panama on November 11, 1928. He studied law at the National University of Mexico and did graduate work at the Institute des Hautes Etudes in Switzerland. He entered Mexico's diplomatic service and wrote in his spare time. His first novel, Where the Air Is Clear, was published in 1958. His other works include The Death of Artemio Cruz, Destiny and Desire, and Vlad. The Old Gringo was later adapted as a film starring Gregory Peck and Jane Fonda in 1989. He won numerous awards including the Fuentes the Romulo Gallegos Prize in Venezuela for Terra Nostra, the National Order of Merit in France, the Cervantes Prize in 1987, and Spain's Prince of Asturias Award for literature in 1994.
He also wrote essays, short stories, screenplays, and political nonfiction. In addition to writing, he taught at numerous universities, including Columbia, Harvard, Princeton, and Brown. He served as the ambassador of Mexico to France. He died on May 15, 2012 at the age of 83.
(Bowker Author Biography)